lunes, 28 de junio de 2010

Un año de resistencia en el Refugio Humanitario del Catatumbo


Durante la pasada década, la región del Catatumbo fue una de las más castigadas por el paramilitarismo y el consecuente desplazamiento que esto comportó. La región quedó prácticamente despoblada de campesinos. Es difícil encontrar alguien que de una forma u otra no sufriera en carne propia esta situación. A partir de la “desmovilización” de los grupos paramilitares muchas familias empezaron a retornar a la que había sido su casa, pero esto no quería decir que sus problemas hubieran acabado.

El Catatumbo es una región con abundantes riquezas naturales que lo hacen muy atractivo a los megaproyectos de explotación. El petroleo ya hace décadas que es explotado y ahora que ya está prácticamente agotado, llegan otros grandes planes de explotación de este territorio. Las multinacionales y el gobierno se han fijado en las grandes reservas de carbón que se conoce allá existen, proyectando una gran mina a cielo abierto que tendría un gran impacto ambiental. También hay planes de explotar el coltán, material muy preciado ya que se usa para la fabricación de diferentes productos tecnológicos. A todo esto también podríamos sumarle las grandes reservas de agua que hacen de esta región un pastel muy suculento.

De esta forma si en la década pasada los campesinos sufrieron el azote del paramilitarismo ahora les toca con la presión directa del gobierno y las multinacionales, que a través del Plan Colombia están provocando la práctica ruina del campesinado. El cultivo de la coca era la principal fuente de ingresos de la población campesina que ahora ve como con las fumigaciones y las erradicaciones forzadas se están quedando sin alternativas. La falta total de infraestructuras hace imposible que ningún otro cultivo sea rentable, además de que las fumigaciones arruinaron también los cultivos de pancoger quedando miles de familias sin ningún sustento.

La militarización de la región por la presencia guerrillera y la importancia estratégica por ser fronteriza con Venezuela, además de las explotaciones petroleras, ha traído también abusos en forma de falsos positivos, empadronamientos y otras formas de intimidación, que hacen la vida insostenible.

Todo esto ha llevado al campesinado a organizarse.Un ejemplo de ello es la Asociación Campesina del Catatumbo, que en sus apenas cinco años de vida se ha extendido rápidamente por la región y ha pasado a ser un referente para todos en el Catatumbo.

Un claro ejemplo de organización campesina durante este último año ha sido la instalación del Refugio Humanitario del Catatumbo en la vereda de Caño Tomás, las fumigaciones, erradicaciones y presión del ejército les llevaron a instalar este territorio de paz, para visualizar el problema humanitario que se estaba viviendo.

El pasado 29 de abril más de medio millar de campesinos y campesinas, junto con multitud de organizaciones que dan apoyo al proceso, se reunieron para conmemorar el primer aniversario de este Refugio. Un año que no ha sido fácil ni para los habitantes de la región ni para la asociación, así que mantener este territorio de paz en condiciones tan adversas ha sido todo un éxito, digno del encuentro que se llevó a cabo.

Este año de vida del Refugio no ha estado exento de intentos de entorpecer su normal funcionamiento. Diferentes grupos armados han intentado acceder al Refugio Humanitario, territorio que el campesinado decidió liberar de armas, cansados de tanta guerra. Además en febrero de 2010 se inició una judicialización masiva del campesinado organizado de la región, vinculándolo con la guerrilla y el narcotráfico con multitud de detenciones y órdenes de captura que afectaron de pleno a ASCAMCAT y al Refugio, como prueban las órdenes de captura contra el presidente de ASCAMCAT, José del Carmen Abril, y el que fue coordinador del Refugio, Jhony Abril Salcedo.

Así que motivación no faltaba a todas las personas que sufrieron los problemas de movilidad de la región para poder llegar al lugar, pero como se repitió numerosas veces a lo largo del duro viaje: “nadie dijo la lucha fuera a ser fácil”.

De esta forma dio inició el evento en las primeras horas del jueves 29 de abril. El acto sirvió para recordar los cuatro ejes principales que llevaron a la instalación del Refugio Humanitario: derechos humanos, propiedad de la tierra, recursos naturales y cultivos de uso ilícito. Se constató que todas esas problemáticas siguen vigentes, si no peor, un año después, justificando pues el trabajo que se ha venido realizando allá mediante la formación y la sensibilización de los pobladores de la región sobre estas problemáticas.

También se aprovechó el evento para dar inició a la campaña contra la criminalización del movimiento campesino: “Libertad para el Catatumbo. No más montajes judiciales.”Uno de los objetivos de la campaña, en palabras de la Secretaria General de ASCAMCAT Olga Quintero es: “que se respete, se dignifique y se reconozca el legítimo y legal trabajo que viene realizando en la defensa y promoción de los Derechos Humanos la asociación campesina (ASCAMCAT)” y que cesen el señalamiento y persecución al que están siendo sometidos por las denuncias y movilización del campesinado que han llevado a cabo. A día de hoy esto ha cambiado, el proceso judicial se ha empezado a desmoronar y a pesar de que sigue adelante, los detenidos han sido liberados y levantadas las órdenes de captura. A pesar de esto, ASCAMCAT ya ha manifestado su idea de seguir adelante con la campaña, ya que ahora toca exigir responsabilidades, además de que el caso aún no ha sido cerrado.

También hubo lugar durante el día para poder ver la solidaridad que la situación vivida por ASCAMCAT y el campesinado del Catatumbo ha despertado. Las diferentes organizaciones invitadas y otras muchas que no pudieron asistir brindaron su más sincero apoyo a las luchas que haya se están llevando a cabo.

Después del apretado día que se clausuró con una rueda de prensa en la que participaron numerosos medios locales, nacionales y alternativos. Al caer la noche empezó la parte más festiva del evento en el que representantes de diferentes comunidades colaboraron para finalizar de la forma más amena la jornada, ya fuera con coplas, bailes o música. Porque a pesar de todo lo citado sí que había que celebrar que el Refugio Humanitario ha cumplido ya un año, siendo una referencia para la región y que muestra la capacidad del pueblo catatumbero para presentar alternativas a la situación que se vive. Un año de trabajo y dignificación campesina que ha pasado a ser una piedra en el zapato para todos aquellos que no cuentan con el campesinado para construir el futuro de la región.

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